Obesidad y cáncer: una asociación doblemente mortal
Clinical & Translational Oncology 2015; 17: 763-71)
Como hemos insistido en otras ocasiones desde este blog, la Obesidad (entendida como un Índice de Masa Corporal de más de 30 Kg/m2) representa la verdadera pandemia del siglo XXI. Cuando los valores de IMC están por encima de 35 Kg/m2 la situación se define como Obesidad Mórbida y se ha demostrado en la literatura médica que se asocia con una tasa mucho mayor de eventos relacionados de origen cardiovascular y una mayor morbi-mortalidad de los individuos que la padecen. En Europa, con España a la cabeza, la prevalencia de Obesidad ha llegado ya a ser de 25% en la población general.
En los últimos años se han publicado algunos estudios prospectivos que han demostrado la asociación entre la obesidad y algunas neoplasias como el cáncer colorrectal, el de endometrio, el de mama en mujeres post-menopaúsicas, el de esófago, el de páncreas y el de riñón. Una interesantísimo trabajo publicado el año pasado por Bhaskaran y cols. (Lancet 2014; 384: 755-65) permitió observar, tras el seguimiento durante 7.5 años de casi 5 millones de británicos, que existía una claro relación entre al menos 17 tipos de cáncer y el IMC. La Obesidad se relaciona también, y eso lo ha dejado claro la Sociedad Americana de Oncología Médica en una artículo de posicionamiento publicado también recientemente por Ligihel y cols. (J Clin Onco 2014; 32: 3568-74), que la Obesidad aumenta el riesgo de recurrencia y muerte relacionada con el cáncer, interfiere con la efectividad y continuidad de los tratamientos quimioterápicos y aumenta el riesgo de aparición de tumores secundarios o “de novo”.
La Obesidad es, por tanto, una de las causas prevenibles de cáncer en la actualidad y un campo dónde hay gran margen de desarrollo. Recientemente se ha publicado por parte de la SSEDO (Sociedad Española para el Estudio y Diagnóstico de la Obesidad) y la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) un trabajo que da luz escrita a un acuerdo de cooperación entre ambas sociedades con objeto de reducir el impacto de la Obesidad en el Cáncer, mediante: a) el desarrollo de una preocupación reciente entre profesionales y pacientes acerca del riesgo entre cáncer y obesidad; b) la promoción de un cambio hacia estados de vida más saludables en base a unos patrones de alimentación más sana y ejercicio físico regular; c) lograr implicar a las instituciones públicas, a la sociedad y a la industria alimenticia en la lucha contra la obesidad, empleando todos los medios posibles para la promoción de salud. Como resultado de esta colaboración, se han publicado los "Diez mandamientos de la Obesidad y el Cáncer" por parte de Goday y cols. en Clin Transl Oncol 2015; 17: 763-71.
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La obesidad, considerada como una enfermedad epidémica, afecta al 22.9% de la población española cuando se valora por el bmi y al 36.9% cuando se mide por la circunferencia de la cintura.
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La obesidad (imc>30 kg/m2) supone un factor de riesgo adicional para los pacientes con cáncer.
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Se ha demostrado de forma clara una relación entre la obesidad y el cáncer, con un riesgo relativo de 1.5 para cáncer de riñón, de endometrio y cáncer de mama en mujeres postmenopaúsicas.
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Una asociación positiva, pero más débil (rr de 1-1.5) para cáncer colorrectal, esofágo-gástrico, de próstata, de tiroides, pancreático, meningioma y hepatocarcinoma.
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Aunque no están claramente establecidos, los mecanismos etiopatogénicos que se postulan son el aumento de estrógenos provenientes de la aromatización de los andrógenos y la actividad proliferativa de las citokinas inflamatorias, adipokinas, insulina, igpf1, igpf2 y ácidos grasos.
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El aumento de la grasa corporal, especialmente en el tronco, es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de algunos cánceres. También empeora el pronóstico, reduce la supervivencia y aumenta el riesgo de tumores secundarios.
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Una buena parte de la peor supervivencia para los pacientes con obesidad que se operan de cáncer se debe que la obesidad y sus comorbilidades (sobre todo la diabetes tipo ii y la enfermedad cardiovascular) son responsables de la mitad de las muertes.
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El momento en el que un paciente es diagnosticado de cáncer nos da la oportunidad ideal para aumentar su preocupación acerca de un cambio en sus estilos de vida y un abordaje comprensivo de la obesidad. Se necesita implementar protocolos para tratar la obesidad en pacientes con cáncer.
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Se estima que el 50% de los cánceres pueden prevenirse con un cambio en los estilos de vida. Como no fumar, controlar la exposición al sol, controlar la obesidad, comer menos cantidad de grasas saturadas y mayor cantidad de frutas y verduras, y hacer más ejercicio físico.
- Se necesitan políticas activas que ayuden a prevenir obesidad y cáncer. Los distintos actores implicados (politicos, managers, educadores, asociaciones de pacientes y profesionales de la salud) son los responsables de impulsarlas.
Nuestros pacientes obesos deben ser conscientes de todas las morbilidades asociadas a su padecimiento y desde ya el cáncer debe incluirse entre ellas. Esta asociación debe suponer, además, un esfuerzo sanitario para impulsar la cirugía bariátrica como el único tratamiento posible para la mayoría de los pacientes, debiendo hacer sensibles a los pacientes del problema que tienen y la necesidad de ponerse en buenas manos.
Descargar artículo en PDF : Bhaskaran y Cols.pdf
Descargar artículo en PDF : Ligihel y Cols.pdf
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