RAMUCIRUMAB (CYRAMZA®): Un nuevo fármaco para el cáncer colorrectal
Durante el día de ayer ha tenido gran difusión en la prensa la noticia de que un nuevo fármaco mejora la supervivencia del cáncer de colon de peor pronóstico. Este fármaco, el Ramucirumab, es un inhibidor de la angiogénesis tumoral que ha sido el protagonista del estudio RAISE, un ensayo clínico en Fase III (es decir, que es un fármaco cuya seguridad ya ha sido demostrada y ahora se está probando su eficacia real en una población de pacientes enfermos) multicéntrico que ha incluido a más de 1000 pacientes recogidos en 24 países de 4 continentes todos con cáncer colorrectal metastásico (es decir, extendido a otros órganos y que no se puede extirpar con intención curativa) y que además ya había mostrado su resistencia a una primera línea de tratamiento con Ácido folínico, 5-Fluoruracilo, Oxaliplatino y Bevazucimab.
La angiogénesis o desarrollo de nueva vascularización es un proceso de vital importancia en el crecimiento y progresión de los tumores. Es un proceso muy complejo en el que existen muchos factores mediadores clave (factor de crecimiento del endotelio vascular o VGEF; angiopoyetinas 1 y 2; efrina; factor de crecimiento hepatocitario o HGF; y, factor de crecimiento fibroblástico tipo 2 ó FGF2), lo que ha permitido desarrollar fármacos que puedan inhibir e interrumpir este proceso en alguno de sus niveles. Estos fármacos, llamados antiangiogénicos (AnAg), bloquean selectivamente alguno de estos mediadores con objeto de inhibir el proceso de angiogénesis. Los dos prototipos más conocidos de AnAg son el Bevazucimab, que es un anticuerpo monoclonal humanizado recombinante de primera generación y acción extracelular contra la subunidad A del VGEF, y los inhibidores de la tirosina-kinasa, que son pequeñas moléculas que atraviesan las membranas celulares y bloquean, ya dentro de la célula, las señales de codificación de proteínas o de los receptores de superficie celular.
Ramucirumab es un anticuerpo monoclonal tipo IgG-1 que actúa selectivamente contra el receptor 2 del VGEF. En EEUU, la FDA ha aprobado su uso el año pasado para el tratamiento de adenocarcinomas de estómago o de la unión esófago-gástrica y de cáncer “no células pequeñas” cuando son resistentes a platino; los ensayos que han probado su utilidad en cáncer de mama o hepatocarcinoma han resultado fallidos. El estudio RAISE introduce dos grupos de 536 pacientes con cáncer colorrectal quimiorresistente a los que se les administra como quimioterapia de segunda línea (es decir, tras haber fracasado la primera) la asociación de 5-Fluoruracilo, Ácido folínico e Irinotecán (combinación conocida como FOLFIRI) asociado a Ramucirumab o bien a lo que se denomina en medicina un placebo, que es una sustancia inocua que se administra al paciente sin que este sepa si es medicación o no. Los resultados indican que en los 536 a los que se les aplicó Ramucirumab no hubo más efectos secundarios que a los que no se les aplicó y que tuvieron una superior mediana de supervivencia (13.3 meses en comparación con 11.7 meses). Esto quiere decir que si analizamos la supervivencia de los que recibieron Ramucirumab el 50% vivieron más de 13.3 meses y el 50% menos, estando el 95% de los pacientes entre los 12.4 y los 14.5 meses; por su parte, los que tuvieron sólo FOLFIRI estuvieron la gran mayoría entre los 10.8 y 12.7 meses de vida. La diferencia entre ambos grupos es en realidad muy exigua, de 1.6 meses (50 días), y adquiere su relevancia porque en el método de análisis científico el valor que marca la diferencia en significación estadística es muy positivo.
Quizás podría pensarse que la relevancia de esta noticia una vez analizada podría ser escasa porque una mejora media de la supervivencia de 1.6 meses (repito, apenas 50 días) no es un gran avance. Los porcentajes que se expresan de riesgo de reducción de muerte en un 16% y de control de progresión de la enfermedad en un 21% tampoco son fáciles de entender puesto que corresponden más a conceptos estadístico de regresión y supervivencia actuarial que realmente a un impacto de esta nueva terapia en la historia natural de la enfermedad. Sin embargo, este sería un análisis relativamente simplista y creo que el trabajo de Tabernero y cols. debe considerarse en su justa medida y tener un gran valor contextual por las siguientes razones:
1.- Supone la descripción de un nuevo tipo de quimioterápico efectivo en la lucha contra el cáncer colorrectal, el segundo más frecuente en el mundo (1360000 casos nuevos al año). La historia de la lucha de los médicos contra el cáncer se escribe siempre en pasos pequeños pero continuos.
2.- El efecto de Ramucirumab queda demostrado en pacientes con cáncer colorrectal en el peor de los escenarios posibles: metastásico y con ya mala respuesta a una primera línea. Si en estas circunstancias es efectivo, surgen las siguientes preguntas: ¿qué podríamos esperar de su administración como primera línea?; ¿podría ser efectivo en el tratamiento inicial de pacientes con enfermedad metastásica en hígado o pulmón que inicialmente no es curable con cirugía para hacerla curable?. Es decir, ¿qué podríamos esperar de su aplicación en un “mejor escenario”?. Ahí hay mucho margen para el desarrollo.
3.- Es un estudio liderado por un investigador español, el Dr. Tabernero del Hospital Vall d’Hebron, y en el que ha colaborado también el Hospital público en el que trabajo habitualmente, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla (Dra. García Carbonero). Su metodología, diseño y calidad científica son excepcionales y no puede ser de otro modo para que una revista tan prestigiosa como The Lancet Oncology haya aceptado este trabajo para su publicación, ya “online”, el mismo 12 de Abril de 2015.
Fuente: http://www.abc.es/salud/noticias/20150412/abci-farmaco-cancer-colon-201504121819.html