Comunicar tu mortalidad operatoria o asumir una sanción: ¿Es justo?
Os remito un enlace de BBC News en el que el Director del National Health Service (el Sistema Nacional de Salud Pública en Inglaterra ha emitido un comunicado en el que afirma que los cirujanos que rechacen publicar sus tasas de mortalidad podrán ser sancionados.
http://www.bbc.com/news/uk-30072899
Es una noticia realmente impactante y que deja muchas lecturas. La necesidad de transparencia en los resultados de las actuaciones quirúrgicas está claro, para todo el mundo, que es algo incuestionable hoy. Si no se promueve la autoauditoría y espontáneamente se publican los resultados de las intervenciones quirúrgicas por parte de los cirujanos, debe ser el propio sistema proveedor de servicios de salud, sea público o privado, el que estimule a sus profesionales para que lo hagan. Eso está muy claro.
Lo que no veo tan diáfano es que esto deba hacerse de forma individual. No todos los cirujanos hacen el mismo tipo de patologías ni su complejidad es la misma; una vez que se exponen los resultados, los usuarios no entienden de gravedad de la enfermedad sino que van a ver números: al que más enfermos se le mueren, es el peor. Esto, es un sistema con libre elección de médico especialista es muy pernicioso. Aquellos que hagan mucha cirugía oncológica y compleja pueden tener tres opciones: dejar de hacerla, seleccionar mucho más a los candidatos con criterios defensivos que dejarían sin una cirugía potencialmente curativa a muchos pacientes o bien, finalmente, dejar el sistema público, el NHS, para evitar multas y sanciones. Todas las soluciones son malos.
Yo pienso que la solución estriba en que la comunicación de los resultados de mortalidad se haga por Hospitales y dentro de ellos por unidades de gestión, siempre huyendo de personalismos y considerando al grupo, al equipo, como responsable de los resultados y ajustando, además, según la categoría administrativa o nivel del Hospital y los grados de complejidad de la patología que se hace (GRDs). La interacción de estos parámetros da un valor corregido de mortalidad que si debe ser comparable entre los distintos centros, hospitales y unidades y, por tanto, mover a la adopción de medidas correctas cuando los resultados estén fuera de la mortalidad estándar definida.
Por tanto, transparencia obligada si y siempre, pero no personalizada en cirujanos concretos, sino en el equipo de trabajo y su dinámica de funcionamiento.